1.- un mal día...

(o sea, como jamás me imaginé terminar entre narcos, judiciales, AFIS, FBI, una güera, tres coreanos, dos mormones… y un teporocho.)

La neta es que hoy el día estuvo flojón. Esta pinche ruta ya no da más que para asaltos a las dos de la tarde y en pleno embotellamiento sobre Tlalpan. Da igual si son ratas de banqueta o ratas de patrulla… se trepan y te bajan lo de tres vueltas en un ratito.

Tan mal han estado las cosas, que le he estado pensando entrarle al negocito que me propuso el Rupem. No sé ni para que le hago caso, porque hay que estar muy, pero muy pendejo para oír los debrayes del teporocho de la esquina… o eso o andar muy necesitado de lana.

Yo creo que fue eso… porque para negocitos, el Rupem siempre me sale con su batea de babas. Aunque este bisnes pinta bien.... creo. Pues me propuso la onda de traer carritos chocolatos y que su primo, que trabaja en la PGR, le saca de volada la legalización... la bronca es traerlos desde la frontera hasta la república chilanga... se necesita un varo.

Que hueva. Ya anocheció y yo nada más saqué lo de la cuenta. Voy a darme un rol antes de quedarme jetón oyendo las risotadas grabadas del monito ese que saca a todos vestidos de peluche…

¡Chale!

¿Cómo le puede gustar tanto a mi jefa ese pinche programa? ¡Neta! ¿Para eso se embarcó la Chapinga con tremenda telezota? … Chale… mejor me voy antes de que empiecen las telenovelas y se me seque el cerebro.

(Pero regreso para ver la de las nueve. Esa sí está
chida)